De Calenturas, Traición y Adicciones

Por Anacleta Miranda:

Se terminó "los treinta" y me acabo de dar cuenta que era una vil y ridícula ¡!adicta!!

Que terrible damas mías, quede con una ulcera programática nocturna que no se con que cresta llenar…

¿Que no se dan cuenta los ejecutivos de TVN que no soy solo yo la amargada adicta, sino que mucha gente de mi edad? ¿Que no se imaginan que una situación así de traumática no me pasaba desde que terminó Candy o Marco?, que no entienden que los enredos treintones eran mas entretenidos que chatear, que si primero fue Melrose Place, después, mi adorada e incomparable Sex on the City, ahora cerca de mis 30 años al fin había encontrado una serie bien hechita y "hablada en chileno" que me provocaba ganas de verla, pero, para que llorar sobre la cerveza derramada, la wea se acabó y listo, pero eso no es todo, lo peor es que mas encima se acabó la Chacra Vip y con ella mis únicas y mínimas posibilidades de algún pensamiento heterosexual al ver a Javier Estrada.

Quiero detenerme en Los Treinta y hacer mi balance final (esta wea es seria!): No se que mierda era lo que me gustaba mas, si la Katyna Huberman (con todo respeto) o ver como las relaciones de millones de personas se pueden resumir en cuatro relaciones puntuales, ver lo básico y universal de los problemas de pareja, ver que en el fondo hagamos lo que hagamos es el amor, el desamor, la calentura la traición y la amistad lo que nos mueve todo el rato, si bien en los treinta no había ninguna lesbiana y el gay era solo un soporte de otro personaje, era realmente fácil verse, identificarse con alguno de los protagonistas o con sus situaciones, quizás por eso me gustaba verla, no por ser una buena o mala teleserie, sino simplemente porque era a la misma hora todos los días y mi ex especie de pareja me cagaba casi tanto como Fernando a su mujer. (bueno no tanto)

Ahora tengo la pelá como membrillo y la mitad de las lesbianas de este país van a saber que tengo cuernos…!!bonita la wea!!